¿Blanqueamiento? Siempre en mi dentista

Cada vez es más común encontrar en el mercado productos que aseguran blanquear tus dientes en casa. Pero como explican los expertos, esto es muy poco fiable, además de entramar peligro, puesto que es el paciente quien decide cuánto tiempo utilizarlo sin que previamente haya habido un diagnóstico y unas indicaciones por parte del odontólogo.

Hay dentífricos con efecto abrasivo, que desgastan el esmalte, y siempre son desaconsejables; hay dentífricos con dióxido de titanio, un pigmento blanco que penetra en las irregularidades superficiales del diente creando una ilusión de blanqueamiento, con efecto inmediato pero cuando el pigmento se pierde, desaparece también el efecto; y encontramos dentífricos con peróxidos, a muy bajas concentraciones, que no llegan a producir alteraciones significativas del color interno. Por tanto, esto demuestra que no son efectivos y que en ocasiones pueden resultar perjudiciales pudiendo desgastar el esmalte, y con aplicaciones prolongadas y/o calor.

Es el odontólogo quien supervisando el tratamiento, identifica factores de riesgo, descarta patologías previas como caries o gingivitis y vela por mantener la salud bucodental consiguiendo una “sonrisa blanca”.

¿Cómo se realiza y a qué edad hacer el primer blanqueamiento?

Hoy en día se siguen utilizando el peróxido de hidrógeno y el peróxido de carbamida, que según explica el Dr. Bruno Baracco, vocal del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Iª Región (COEM), “son productos capaces de penetrar en el diente aprovechando canales naturales de su microestructura hasta alcanzar las zonas del diente oscuras. En ese momento se descomponen terminales oxigenados que actúan sobre las macromoléculas de color (pigmentadas y de gran tamaño). Al desestructurarlas y reducirlas consiguen extraerlas del interior del diente en su camino inverso de salida, lo que se traduce en un aclaramiento progresivo del diente”.

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La edad mínima para realizarlo es entre los 16 y 18 años, porque los dientes jóvenes tienen más grande la cámara pulpar (donde se aloja el nervio) y es más probable la aparición de sensibilidad durante el tratamiento. Sin embargo, no hay edad máxima, siempre y cuando el paciente esté exento de riesgos que valora el odontólogo  de forma previa a la realización del blanqueamiento.

¿Es doloroso?

No generalmente, aunque en algunos pacientes puede haber sensibilidad durante el tratamiento. Ésta es reversible, suele aparecer durante los primeros días y suele ser leve. Por ello, es fundamental el diagnóstico y seguimiento del caso por parte de un odontólogo, que instaurará las medidas oportunas en caso de que esto suceda.

¿Cuánto dura?

El efecto de un blanqueamiento realizado de forma personalizada puede llegar a ser muy duradero. Hay que tener en cuenta el estilo de vida del paciente, sus hábitos, su higiene… Y si en algún momento, el efecto inicial conseguido pierde viveza, simplemente realizando una limpieza profesional junto con la aplicación de férulas con el agente blanqueador durante unas noches sería suficiente para recobrar el blanco inicial. Esto es debido a que los dientes previamente blanqueados recuperan fácilmente el tono perdido.