Es vital respirar correctamente cuando dormimos, pero no siempre es posible, y esto es debido a que la musculatura encargada de mantener permeable las vías respiratorias superiores se relaja, la lengua se desplaza posteriormente y se estrecha el canal por donde circula el aire que llega a nuestros pulmones.
Y esto puede generar dificultad a la hora de respirar y, en ocasiones, pausas respiratorias que producen una disminución del oxígeno que llega al cerebro. Esto se conoce como el síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS). En España, la prevalencia se establece en torno al 4%, es más frecuente en hombres y se agrava en aquellos pacientes que consuman tabaco y alcohol.
La diferencia entre el ronquido y la apnea, es que el primero se produce por la vibración de los tejidos blandos al relajarse sin que haya compromiso de la vía aérea, mientras que en el segundo sí hay una falta de flujo de aire, que provoca una caída de los niveles de oxígeno en la sangre, y así el cerebro se ve alertado por este descenso, produciéndose numerosas interrupciones del sueño o microdespertares durante toda la noche. No todos aquellos pacientes que roncan, sufren apnea del sueño.
¿Cuáles son las causas?
Existen una serie de factores predisponentes, que ayudan a que se produzca.
La obesidad parece ser uno de los más importantes. La grasa ayuda en ese estrechamiento de la vía aérea puesto que se acumula en estructuras adyacentes como garganta, base de la lengua, mejillas, labios.
La retracción mandibular es otro factor predisponente porque facilita el desplazamiento de la base de la lengua hacia la parte posterior de la faringe, reduciendo el diámetro de la vía aérea superior, sobre todo al estar tumbado.
¿Cuáles son los síntomas que produce?
La deficiencia de oxígeno genera hipersomnolencia, cansancio generalizado, e incluso depresión ya que afecta al estado de ánimo y a la vida personal, e incluso puede aumentar el riesgo de padecer un accidente de tráfico o laboral; e incrementa el riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes, jaquecas, disminución del apetito sexual…
¿Cuál es el tratamiento?
Para los casos de apnea severa la mejor solución es la colocación de una mascarilla conectada a una máquina de presión positiva (CPAP) o una intervención quirúrgica. El CPAP emite un chorro de aire a presión que abre la vía aérea y evita su colapso. Sin embargo, estas terapias sufren gran rechazo por parte del paciente, por lo que hay mucha gente diagnosticada pero sin tratar, lo que lo convierte en un problema de salud pública.
Para los casos de apnea leve o moderada existe una solución mucho más llevadera, los Dispositivos de Avance Mandibular (DAM).
Son férulas elaboradas en la consulta, que el paciente se coloca en la boca antes de acostarse y cuyo funcionamiento consiste en avanzar la mandíbula unos milímetros de manera controlada y segura. Así se incrementa el tono muscular a nivel de la vía aérea y se facilita el paso de aire y evitando el colapso respiratorio. Elimina el ronquido y mejora los episodios de apnea durante el sueño. Esto se traduce en una mejor calidad de vida para los pacientes.
En ODONtólogos Clínica Dental estamos especializados en la realización de estos dispositivos DAM para brindarle a nuestros pacientes la posibilidad de conseguir un sueño reparador.
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